Sanitas: Tu salud les importa una M.

Llevo con ellos desde el 2010 y he visto como cada año mi póliza aumentaba exponencialmente pagando como si fuera una persona de 80 años donde el riesgo de enfermar es mayor a una persona joven. A los 5 años, me quedé en el paro, y les llamé para reducir el precio de la póliza y prescindiendo de muchos de los servicios, que la verdad no usaba nunca, para que así me saliese más “económico”. Mentira, ya voy casi al mismo precio que cuando me hice por primera vez el contrato pero con menos cosas y peor servicio.

No tengo ni siquiera médico de cabecera gratis y sin embargo si la tengo en la seguridad social donde me atienden mejor que la aseguradora.

Esto no es nada comparado con las veces que he acudido a urgencias, concretamente al hospital La Inmaculada en Granada, donde, por desgracia tuve un percance en el pipican que hay cerca de dicho hospital y me rompí el tobillo izquierdo a cachos.

Fue en junio del 2019, pero en vez de meterme en quirófano para ponerme una placa y tornillos e irme “tranquila” de vacaciones, a pesar de tener el pie en alto, pues me pusieron la ferula y, al día siguiente, el traumatologo me dijo que “en un mes” estaría totalmente recuperada.

Acudí a una clínica cercana, donde paso normalmente mis vacaciones, y el traumatologo me confirmó que la rotura seguía ahí. A mí me dio un bajón y un ataque de ansiedad tremendo por el tremendo engaño y negligencia por parte del primero. Habia que operar de urgencia.

Menos mal que mi padre conocía a un amigo que me recomendó a la traumatóloga privada, y que encima no trabaja con Sanitas, quien fue la que me operó de urgencias.

Pero esto no queda así, mientras esperaba a que hiciera efecto la anestesia por la epidural para entrar a quirófano, los buitres de la aseguradora, en vez de esperar a que me recuperase, me pedían por adelantado ¡1.000 €! o si no, no me operaban cuando tenía cubierto 4.000 € en la póliza del seguro.

Al final mis padres tuvieron que pagar la operación y el tratamiento completo para recuperarme y gracias a Dios que mi tia me prestó las muletas que usaba mi abuela (QUEPD) que si no, también a pagarlas. Ya que pago un dineral por el seguro, lo suyo sería que lo que necesite para recuperarme o desplazarme, ya sean muletas o silla de ruedas, me la facilitase la aseguradora al igual que viene la grua a recoger el coche averiado.

No es solamente esto… en medio de la pandemia del COVID, en septiembre del 2020 por la noche, me empecé a encontrar muy mal con diarrea y una tos que me ahogaba por las noches. Tenía síntomas del COVID. Llamé a la aseguradora por la aplicación, por cierto una mierda que no sirve para nada para luego decirte que vayas al hospital, y me diagnosticaron gastroenteritis y que no “era necesario” acudir al hospital. Volví a llamarles de segundas porque me encontraba peor y no contestaban al teléfono y quería que viniera la ambulancia y me hicieran la prueba en casa mandándome la medicación.

Pues bien, viendo que nadie me ayudaba y que no podía irme a casa de mis padres por miedo a contagiarlos, tuve que coger el coche, con miedo a una posible multa o tener un accidente, e ir al hospital VITHAS de Granada, otra porquería de hospital, donde me hicieron la prueba del COVID pero no me miraron ni el interior de la garganta y solo me mandaron la medicación y que me fuera a casa con unos retortijones bestiales.

A los tres días recibo una mierda de informe donde no aclaraba si tenía o no el COVID. ¿Sabeis que tuve que llamar yo al laboratorio del VITHAS?

Cuando quedaba UN recibo sin pagar, porque di de baja la cuenta bancaria por problemas con la entidad y lo estoy y estaba pagando por el cajero porque no quiero más domiciliaciones bancarias por el tema de los sablazos en comisiones y menos que estoy a dos velas, no paran de llamarme por teléfono.

Creo conveniente que deberían de preocuparse de nuestra salud más que del dinero.

Si siguen con esa politica, me cambio de aseguradora que me dé mas cobertura, mejor servicio, mejor atención al cliente y un precio en condiciones.